jueves, 16 de diciembre de 2010

Gracias

Este año fue un año difícil. Aunque haya conquistado muchas cosas, pasé por momentos pesados. Lloré mucho, pero también reí con cada una de mis amigas, nuevas y viejas. Fue un año de luchas, pero también de éxitos. Lograr lo que se quiere es una sensación indescriptible. Lo más importante es nunca desistir de los sueños. Desistir es siempre lo más fácil. Pero 2010 también es un año de agradecimientos.
En esa vida agitada que vivimos, muchas veces nos olvidamos de agradecer a las personas que hacen pequeñas cosas, pero que mucho nos ayudan. A veces ellas ni se dan cuenta de cuanto contribuyen para nuestro crecimiento y para nuestras decisiones. Gracias a cada uno que hizo y hace aún parte de mi historia.
¡Y qué venga 2011! ¡Lleno de paz, amor, éxitos, dinero (¿por qué no?), amigos y claro, mucho español!

sábado, 28 de agosto de 2010

Te veo


Cuando llego a casa, te veo. Estás en la sala, al lado del sillón. Estás en nuestra habitación. Voy al escritorio y allí estás. En mi carpeta. En color, en blanco y negro. En todo, te veo en la fotografía.

lunes, 2 de agosto de 2010

AzulxVerde






Érase una vez

Érase una vez una princesa de cuento de hadas. Un día, cansada de esperar al príncipe azul, comenzó a impacientarse y decidió saltarse los años para vivir en el siglo XXI.
Hoy busca su media naranja frente a la computadora. ¿Quién quiere ser su novio virtual? (EGMC)

AzulxVerde

Érase una vez una princesa que, cansada de esperar por su príncipe azul, saltó los años para vivr en el siglo XXI. Arreglada ya a la vida moderna, resolvió buscar a un psicólogo que le indicó un libro que se llama "Mientras el príncipe no viene". Lo leyó, hizo un "post" en "Twitter": "Mientras mi príncipe azul no viene, me voy a divertir con los verdes sapos".

por Renata de Aquino

domingo, 1 de agosto de 2010

Mañana


Más un semestre empieza. ¿Qué planes puedo trazar para esos meses?

Ingresé en la universidad en agosto de 2007. Cuando pensaba que me quedaría allí por cuatro años y medio, no imaginaba que pasaría tan rápido. Estar allí para mí es estupendo. Es una sensación que no quiero me olvidar nunca. Durante las vacaciones voy algunas veces para ver lo que pinta allí. Encontrar los profesores y compañeros por los pasillos, comer el "pão de queijo" y beber el amargo café, entrar en la biblioteca sólo para sentir el olor de los viejo libros en las estanterías, caminar por los aparcamientos, ver los pajaritos que cantan felices de árbol en árbol... ¡Ese es mi lugar!

Mañana todo empieza otra vez. Nuevas asignaturas, los mismos profesores, mismos compañeros, uno u otro nuevo, la fotocopiadora llena de gente, fila en la cantina, el mismo sabor de la merienda, alumnos que ingresan, otros que ya no estarán más. Mucha lectura, mucha escritura, mucha gramática y mucha literatura. La busca frenética por un A, o por lo menos un B, pero me va bien un C. Todo igual, pero diferente.

¡No veo la hora de llegar mañana!

Vuelvo




Hace tiempos que pienso volver a escribir en el blog. Pero siempre lo dejaba para después. ¡Bueno, creo que ahora ha llegado la hora!

Me hace mucha falta escribir y leer. Empecé con el blog para una asignatura de la facultad. Al principio, no tenía ganas de seguir. Después estudié una asignatura de producción y lectura de textos en español que me encantó, aunque no tenía mucho tiempo para dedicarme. Fue ahí que me di cuenta que me hace falta escribir, principalmente en español.

Siempre me apeteció la escritura. Mucho más que la lectura. Sin embargo, tenía vergüenza de mis producciones. Creo que era falta de madurez en el curso y en la vida.

Todo tiene su tiempo. Quizá sea difícil publicar todos los días, o todas las semanas. Eso veré después. Mucho más que ganas, tengo una necesidad de escribir. Tengo ideas, papel y un bolígrafo en el bolso. ¡Lo más importante es que vuelvo!

jueves, 25 de junio de 2009

¡Qué sé yo!

Tengo que escribir. Pero no me viene ninguna idea. Pienso en esto y aquello, pero pronto desisto.

Es gracioso pensar que cuando no pensamos en nada, es cuando más pensamos. Quiero decir: si no pensamos que temos que hacer esto o aquello, pensamos en muchas cosas. Volvemos al pasado, volvemos al pasado más que pasado, pensamos en el futuro.

Me gustaría ser como los escritores que tienen muchas ideas y logran escribir un libro. A veces escriben un segundo o un tercero que es la continuación de muchas ideas seguidas y repetidas, inventadas.

Estoy pensando en el fin del semestre. Más un semestre se ha terminado. Y luego llegará otro. ¿Qué he hecho en estos meses? ¿Qué he aprendido? Aprendí muchas cosas interesantes en las asignaturas de español, principalmente en el Taller de Traducción. Más que antes, estoy segura quiero ser una traductora.

¿Qué cosas planejo para el próximo semestre? Me gustaría hacer una literatura hispánica, y me encantaría no tener clases en el viernes. Pero estoy retrasada en el curso y creo que esto no será posible.

¡Esperemos hasta allá, y depués os cuento!

¡Buenas vacaciones a todos!

El padrino











Hace poco alquilé en dvd la película El padrino (The Godfather), de Francis Ford Coppola., de 1972. Es una adaptación de la novela de Mario Puzzo, que lleva el mismo nombre.






Son tres películas, siendo el primero de la historia de Don Vito Corleone y como su hijo Michel asumió la lideranza de la familia. El segundo narra la vida de Vito, antes de ir para los Estados Unidos, mezclando con la vida de Michel después que se tornó el nuevo "Don Corleone". El tercero cuenta la historia de Michel y su relación con sus hijos y ex-mujer.

Me gustó muchísimo porque trata de la relación de los italianos en los Estados Unidos, cuando éstes eran muy poderosos y representaban el "sueño americano" que las personas tenían y tiene hoy aún: tornarse rico.

Es impresionante como en la película las personas resuelven sus problemas con el otro facilmente: "si no me gustas, te mato".
Apesar de esto, la película hizo éxito mundialmente y hoy hace parte del listín de los "Clásicos del Cine". ¡Les recomendo!








domingo, 21 de junio de 2009

Algo

Algo
Amado del Pino - La Habana


"Cuéntame algo, aunque sea mentira". Esa frase la oí muchas veces en mi infancia y adolescencia. Ahora no sabría decir si se trataba de un dicharacho rural o pueblerino o también seguí escuchándolo al llegar a La Habana. Tal parecía un simple chascarrillo, una broma casi carente de sentido entre personas de mucha confianza.

Hoy, sin embargo, he amanecido con esa letanía en mi cabeza. No siempre la verdad, lo literal, lo justo es precisamente lo que más necesitamos. Hace poco me reencontré con un viejo y agradable colega, a través de internet. Cuando los dos supimos nuestros santos y señas electrónicos, le pregunté cómo le iba y me respondió con unas fotos. En el siguiente mensaje lo convidé a que si quería no me comentara sobre sus pasos actuales. A la larga cuando ―al descender de un tren o en el trajín de una boda― nos encontramos con viejos conocidos del pueblo, el barrio o la profesión, esas preguntas sobre la actualidad funcionan más bien como una retórica, una pausa educada que da paso a lo casi único que puede salvar el encuentro: la descarga mutua de melancolías y sucesos que una vez compartimos.

Mi amigo Pabi ―tamarindero de pro y apasionado profesor de deportes― me contaba que muchas de sus tardes ―allá por los 80 de su veintena y la mía― se dedicaba a tomar cervezas con un compañero de trabajo. La norma establecida en aquella mesa era que a la segunda invasión del espumoso líquido, ambos estaban autorizados a “meterse mentiras”. Se licenciaba el invento o el noble disparate en virtud de que se pasaban el día entero juntos y no tenían nada nuevo que contarse.

Julián Marías ha dicho que el matrimonio es una institución narrativa. La amistad también, pero cuando ―como en el bolero― las almas se alejan; es más fácil retomar una sombra de diálogo cuando se es amigo que cuando se fue novia, amante o cualquier otra variación del discurso de los cuerpos. Más bien, en estos casos, conversamos con dos personas a un tiempo. Una es la que sudó, rió, se equivocó junto a nosotros y la otra la actual, la desconocida. Por eso ―y otros lo han descrito mejor― las preguntitas de cómo te va o en qué estás trabajando ahora suelen ser frías, convencionales, pálidas. Van dirigidas a ese tipo(a) con el que tenemos poca o ninguna confianza. No hay otra opción que recordar lo que tenemos en común, como le pidió hace poco mi madre a una vieja amiga de ásperos temas actuales. Si se agotan las verdades pues a inventarse una mentirita, que tal vez sea más bien una certeza olvidada.


http://www.lajiribilla.cubaweb.cu/2009/n413_04/lacronica.html